Alguien le está haciendo daño a mi hijo/a
Comencemos por enterararnos que en 1998 la OMS afirmaba que el 30% de las estudiantes universitarias habían sido víctimas de violencia, esto es más de lo que podríamos creer, es impresionante y alarmante. Hasta ahora sabemos que la violencia de género inicia muchas veces en las relaciones tóxicas que se dan entre adolescentes, y como toda violencia, siempre va a más. ¿Cómo saber si tu hijo adolescente está en una relación tóxica? y si lo está, ¿Cómo ayudarle a salir de ella?


Es normal que los adolescentes sean impulsivos ya que esto se debe a su inmadurez cerebral, por lo tanto, sus relaciones tienden a ser bastante más apasionadas que las adultas. De allí lo importante de saber diferenciar qué es "apasionamiento" sano, que significaría desear todo el tiempo estar con la persona que le gusta y quererle involucrar en muchas actividades, de un "deseo total" de controlar, poseer, absorver a la pareja, entre otras dinámicas de actitudes dañinas. Una cosa hay que tener clara y es que , aunque aquí nos vamos a referir a las relaciones de pareja, no significa que no pueda darse también dentro de una relación de amistad, en donde se utiliza la etiqueta de "la amistad incondicionalidad", en detrimento de una relación sana y de respeto. Como padres y madres, se debe estar atentos a las primeras señales, ya que son las más importantes, para poder intervenir a tiempo.

7 “pistas” para saber si la relación de tu adolescente es tóxica son:
1- Se aísla. De sus amistades anteriores y no lo hace debido a una discusión o desacuerdo, es más una cosa de que ya no le apetece quedar con ellos o ni dedicarse a las que eran sus personas favoritas.
2- Cambios de humor repentinos y drásticos. Si bien, los cambios de humor son comunes en la adolescencia, estos vienen acompañados por otros indicios como la dependencia a esta nueva persona, el rendimiento escolar, problemas referentes con esta persona, etc.
3- Dependencia del móvil. referida especialmente por comprobar si esa nueva persona de su vida le contesta, si aprueba sus publicaciones o urgencia que se convierte casi en temor por responderle o si demora mucho en hacerlo.
4- Disminución drástica en el interés académico. No por la apatía que comúnmente se muestra en la adolescencia, en donde a nivel general suele haber una cierta apatía por los estudios, o exagerada apatía por las materias menos gustadas. Este rendimiento es más una desmotivación más profunda, de la que es mucho más complicado salir. Y en donde particularmente influye el estado de ánimo que le genera la nueva relación.
5- Dependencia emocional: Es literalmente el “no puede vivir sin que mi pareja me escriba". Es no tolerar bien el hecho de que no le llame, le conteste, le dé su aprobación inmediata.
6- Una baja en la autoestima: Se preocupa más de lo que normalmente un adolescente lo hace por su apariencia física, o algún aspecto específico que no lo hacía antes. Se ve minada su la seguridad por tomar sus propias decisiones y aparece más la culpa por no encajar en aquello que su pareja desea.
7- Normalización de ciertos comentarios o actitudes violentos o machistas. Mucho cuidado con esto porque, si se nota que al adolescente le parece normal o justifica cosas como que una pareja le vea el móvil, o que le menosprecie, o que le falte al respeto, ya esto da indicios que sea la realidad que está viviendo.
¿Cómo le ayudo?
Si tu relación es poco fluida: Regla de los "3 No".
No lo dejes pasar, no se debe normalizar este tipo de relaciones solo porque "se está en la adolesencia". No mantengas una charla acusadora, así nadie atienden razones. No hables directamente con ellos si la relación no es muy fluida, para este tema delicado es mejor que prefieras delegar esa plática a otro adulto de su confianza, o incluso en un profesional que sepa tratar el tema con la atención que se merece.
Si tu relación permite tener la conversación: MI S.O.S

- (M) Manera abierta: Escucha sin juicios y sin interrumpir. Solo escuchándole le harás sentir que te importa, y que, de verdad, estás ahí para ayudar.
- (I) Invita a la confianza: Sin ultimatums por favor, esto de "si no le dejas ya verás" no suele funcionar. Más bien suele ser desencadenante de mentiras de tipo "ya no estoy con él /ella", lo cual empeora la situación.
- (S) Sin critica a la persona. Por más que quieras pensar lo que quieras de esa persona tóxica, que estás en todo tu derecho, mejor no se lo digas a tu adolescente. Critica la conducta. Por naturaleza los adolescentes valoran muchísimo a su pareja y a su círculo de iguales, por tanto los defienden a capa y a espada, incluso por encima de lo razonable.
- (S) Sus sentimientos primero. Más que decir "es pésimo que tu pareja controle tu móvil", o "No soporto como te habla", primero pregúntale cómo se ha sentido en ese momento y luego da una opinión, hazle saber que una persona que quiere de verdad no debe hacerle sentir mal.
Y algo para recordar siempre: Como le hables, le quieras y le respetes a tu hijo/a hoy será la manera en que se querrá y respetará el día de mañana. En la medida como le trates y hables será la manera en que le hablará a los demás, y de esa forma se relacionará con otras personas.