Ambiente laboral exigente debido a la alta demanda del mercado
La ansiedad patológica en el ámbito laboral, en muchos casos denominada estrés laboral, es reconocida por todos como una amenaza para la salud de los trabajadores y además como un peligro para las organizaciones. Costes como: absentismo, accidentes, conflictividad laboral, etc., hacen enfocar el problema no solo desde la perspectiva individual, sino organizacional. Elementos de interpretación de calidad de vida, interpretación económica y de comprensión social son los que marcan en la mayoría de las ocasiones el transcurso de las investigaciones sobre este tema.
Actualmente existen diversas investigaciones que muestran los efectos adversos del estrés en las personas ya que no solo afecta física y mentalmente (sistema autónomo, nivel de inmunidad, por ejemplo), sino que a su vez, de manera indirecta en la toma de decisiones, hábitos no saludables, inactividad física y hábitos no saludables de alimentación. Otros estudios demuestran que las condiciones laborales estresantes como, la alta demanda laboral, bajo apoyo social, entre otros, fueron predictores significativos del empeoramiento de la percepción de la salud y con ello personas optaban "sin querer" comportamientos negativos de salud. Se ha visto también que, cuando hay un nivel alto de exigencia se llega a triplicar la tasa de estrés. Ambientes laborales con altas exigencias, bajo nivel de control sobre las propias tareas y un bajo apoyo de los compañeros jefes o supervisores, generan las más altas tasas de estrés.
Si analizamos diferentes formas de evaluar y afrontar terapéuticamente el tema del estrés laboral, podemos ver que muchos de los métodos guardan una estrecha relación con la modificación de conducta e inclusive técnicas que abarcan la "filosofía de la vida cotidiana", como lo son aquellas provenientes de la Psicología Positiva y Mindfulness.

Casi todos sabemos que una persona que manifiesta síntomas de estrés, o cualquier otra patología relacionada con trastornos de ansiedad, reduce su rendimiento significativamente. Así mismo, es de nuestro entender el grave inconveniente de no prestar la debida atención a la influencia de las diferencias individuales, es decir, lo que experimenta una persona no necesariamente lo hace otra, ni en su nivel, ni en su identidad. Un poquito más novedoso quizá sea el hecho de conocer que, los diferentes contenidos emocionales o estresantes juegan un papel preponderante en la alteración de procesos de memoria. ¿Por qué?, porque el contenido emocional que asociamos a una experiencia es fundamental para almacenar esa información, y uilizarla después para realizar cualquier tarea, por lo tanto, los efectos secundarios sobre las actividades de rendimiento de las cuales las hormonas liberadas en respuesta al estrés son las responsables.
Por tanto, en la época actual el talento humano es un factor muy importante dentro de las organizaciones, debido a que necesitamos no solo conocer más acerca de nuestra personalidad respecto al puesto, sino crecer en un entorno socialmente estimulante, pues el crecimiento personal, en todos los ámbitos, necesita de la posibilidad de compartir, de ser y estar con los demás. Así mismo, el cambio que se requiera, proviene de la misma persona involucrando su comportamiento, actitudes y virtudes, a sabiendas que el talento humano forma parte de un sistema empresarial.
Relación entre Burnout y competitividad
Comenzaremos diciendo en palabras simples que "burnout", término utilizado por primera vez allá en los 70´s, es usado para identificar una afección emocional cuya incidencia se refiere
al ámbito laboral que provoca una sensación de agotamiento fisico y psíquico, y por consiguiente infiere en el rendimiento, o bien en una actitud fría o hipersensible en la relación con otros, y una fuerte percepción de incapacidad para ejecutar las tareas propias del puesto de trabajo. En pocas palabras: la persona se quema; está exhausta o rebasada emocional, física o psiquicamente con respecto a su trabajo.
El síndrome de burnout se desarrolla de forma progresiva, por lo que conviene tomar en cuenta las diferencias entre el estrés laboral y el Burnout, ya que el primero es el resultado de saturar o desbordar el cuerpo y la mente sobre los límites normales, y el Burnout es un trastorno puramente emocional y laboral que repercute negativamente física y psicológicamente de las personas, ya sea en individuos con alta competitividad o no, y muchas veces sin que estas se den cuenta de ello percibiéndolo como una situación normal. Lo que puede tener un diagnostico peligroso.
Se ha mencionado que los factores que confabulan en la aparición de este síndrome tienen que ver con las características del puesto sumado al ambiente de trabajo, y los aspectos personales y culturales. Por ello el Estrés Laboral por Alta Competitividad involucra:
1- Un lugar de trabajo donde los trabajadores, con el fin de cumplir con altísimos niveles de rendimiento son víctimas de grandes presiones, el exceso de trabajo, sumado a las sobre-exigencias para cumplir altos niveles de productividad, alto control y vigilancia constantes.
2-La actitud de una persona que por rasgo es competitiva, lo cual le adjudica una serie de características en su comportamiento, la ejecución de sus labores y el resultado en su salud.

Teniendo claro los factores ahora conviene mencionar que hay un tipo de personalidad que llama poderosamente la atención que relaciona la experiencia laboral y el bornout. Según Friedman y Rosenman, existiría un tipo de personalidad que se relaciona más frecuentemente con el Síndrome de Burnout, la personalidad tipo A, que tiene como principales características poseer un afán intenso y constante por conseguir las metas establecidas por sí mismo, con tendencia a la competitividad y necesidad de reconocimiento de sus logros, pudiendo hacerse cargo de varias tareas a la vez y que se mantienen en un estado de vigilia permanente.
Los aspectos que rodean a la personalidad tipo A, o patrón de conducta tipo A, ha hecho que se hayan realizado varias investigaciones sobre su relación con los problemas de salud, en concreto las enfermedades cardiovasculares o la hipertensión, y con las respuestas de ansiedad. Estos rasgos presentes en los trabajadores dan como resultado la tendencia de las personas a mostrar ambición, competitividad e implicación laboral, así como impaciencia, urgencia temporal y a veces hasta actitudes hostiles. Dichas conductas se observan o se exacerbarían en situaciones de reto o estresantes. Cabe mencionar también que MacDougall, Krantz, Dembroski en 1981 ya constataban que el patrón de conducta tipo A estaba relacionado también con una mayor probabilidad de desarrollo de enfermedades coronarias e infarto al miocardio en particular. En este sentido, sería especialmente importante sensibilizar a los responsables de contextos empresariales y comerciales, entre otros, acerca de la importancia de adoptar medidas para la prevención en sus colaboradores.
Es verdad que vivimos en una sociedad que incita a la impaciencia y la competitividad. Pero, para las personas con estos rasgos, que evidencian también dependencias del trabajo y un sentido de perfección predominante, es más fácil buscar compulsivamente el éxito y el logro de todos lo objetivos y metas que se proponen. Sin embargo, al ser personas impacientes y con miedo a "perder el tiempo", su salud física, psíquica y emocional está al límite. Todo ello refuerza la sobrecarga de trabajo de las personas, el estrés diario al que están sometidos, la irritabilidad y el mal humor constante ante situaciones impredescibles y le castastrofismo en los fallos cometidos. Lo anterior nos hace reflexionar aun con mayor seriedad los alcances y efectos de un entorno laboral estresante mal combinado con ciertos tipos de personalidades o de rasgos presentes en una persona.
En una connotación más positiva, los psicólogos Ian MacRae y Adrian Furham, investigadores de una prestigiosa universidad en Londres, han logrado identificar seis rasgos que se vinculan de forma consistente con el éxito laboral, entre ellos la Competividad. Por supuesto cada rasgo puede tener también sus inconvenientes y excesos, lo que quiere decir que existe un valor óptimo para cada uno.
El ser Competitivos también puede influirnos de manera positiva siendo energía; nos ayuda a mejorar, nos incentiva y nos sirve de motor para ofrecer nuestra mejor versión, nos hace exigirnos más y además puede hacer que nuestro rendimiento mejore. Lo que es malo valorar nuestro esfuerzo exclusivamente en función del resultado obtenido, en comparación con otra persona que ha competido con nosotros, o peor aún valorarnos basando nuestra autoestima y nuestra felicidad en "ganar o perder", pues una de las consecuencias principales es que empeora nuestro bienestar emocional.
Podemos concluir que, determinados entornos laborales son estresantes por diferentes causas sociales; por ejemplo, innovaciones impuestas, decisiones arbitrarias, un clima laboral empobrecido por criterios injustos de evaluación y desempeño, etcétera. Y que, estas situaciones generan patrones de comportamiento que se complementan con la percepción que la persona tenga de su realidad y determinadas características de personalidad. Como resultado de ello una mayor vulnerabilidad en la percepción y manejo de situaciones estresantes para las personas con la orientación al logro y competitividad, los sentimientos de hostilidad e ira y la sensación de urgencia temporal hace que se reaccione más rápidamente y con más fuerza a los estresores, interpretándolos frecuentemente como amenazas a su control personal.

La planificación sobre modificación de estilos de vida como gran estrategia
Como vemos este tema es multidimensional, podríamos decir que rectifica la incidencia de los problemas de salud respecto al ambiente laboral como una razón que no solo depende de las causas orgánicas, sino también de las circunstancias estresantes de la vida y de las necesidades en general. Sumado a ello tiene un importante componente social y cultural, en donde la competencia personal y las formas de afrontamiento, es decir aquellos recursos y esfuerzos que
las personas hacen para manejar las demandas de su entorno juegan un papel descisivo para lidiar con lo cotidiano.
La planificación sobre modificación de estilos de vida es necesario esté dirigida a :
- Aprender a controlar el comportamiento tipo A, aunque este tenga bases fisiológicas. Esto tiene que ver con Resolución de problemas (¿Qué demanda el ambiente que yo necesito crear?), para bajar la sensación de amenaza. Esto implica obtener información sobre el problema, analizar situaciones, prever posibles alternativas, elegir un plan de acción idóneo
- Regulación de la emoción para modificar el malestar que acompaña la amenaza.
- Ordenar necesidades Vitales: Estro implica Salud y energía, a partir de espacios de verdadera recreación y ejercicio físico adecuado.
- Habilidades sociales: Implican mejorar la capacidad de comunicar e interactuar con los demás de modo adecuado.
- Apoyo social: Implica disponer de ayuda, esto va desde un consejo hasta el delegar funciones y como apoyo tangible.

El estrés laboral por Alta competitividad es algo que requiere atención preventiva, ya sea que las mismas políticas de la empresa lo incentiven (en un mundo ideal), o bien, que esté dentro de las posibilidades de cada trabajador asegurárselas. Es imprescindible la planificación de un programa de salud que mejore los recursos de competencia y amortigue el estrés o ansiedad patológica en el ámbito laboral. La alta demanda como tal no se puede aplacar, ni es algo que deseen las empresas, lo que sí se puede hacer es trabajar en los costes de salud segun sea su foco, su momento o el método que se requiera para saber cómo intervenir en ese Capital humano y mejorar la calidad de vida a pesar de las circunstancias.